La cantante confesó que se está preparando para un proceso de bienestar dejando atrás problemas del pasado y así poder pensar en sus proyectos a futuro dejando (por un momento) su nombre artístico.
No hay duda que Katy Perry pasó por un año extraño donde fue por un nuevo look, participó en un livestream de 24 hs (donde realizaba diferentes actividades siendo observada por montones de cámaras -a lo Gran Hermano- y en una de esas terminó llorando en una sesión de terapia) y lanzó su nuevo álbum “Witness” que tuvo una recepción poco favorable a comparación de trabajos anteriores.
En una entrevista para Glamour, le preguntaron qué era aquello que la asustaba y Perry fue directa: el cambio. También habló sobre sus deseos a futuro y la preparación para una búsqueda de estabilidad a nivel personal:
“Me estoy preparando para hacer un gran repaso del alma por lo que estoy nerviosa. Quiero elevarme emocionalmente. Ya no quiero seguir aferrada al trauma de la infancia. Quiero crecer para volverme un adulto. Me estoy preparando para formar una familia algún día. Y ese es el tema: quiero hacer algo de autoayuda antes de tener una familia propia así no les transfiero algunos de esos sentimientos persistentes. Estoy por ir con algo fuerte durante el proceso emocional así que estoy nerviosa, pero creo que ya no tengo otra opción”, reveló.
Luego agregó: “El año pasado me pasé matando mi ego, el cual ha sido muy necesario para mi carrera. Pero para mi vida personal, no funciona así. Si quiero tener un verdadero balance, tengo que pasar a ser Katheryn Hudson.”
Siguiendo con el tema del cambio, contó que tenía muchas expectativas a fines de 2015 que a fines de 2016 no se llegaron a cumplir: “Ahí fue la primera vez en mucho tiempo que no obtenía lo que quería. Pensé que fue la forma que el universo tenía para ponerme a prueba y decir ‘vamos a ver si realmente te amás a vos misma’. Eso fue desafiante para mí porque no me di cuenta cuánto confié en la validación de los demás. Pensé que no, pero una vez que te caés de la montaña un poco, te das cuenta que el clima es mejor en la cima. Fue realmente necesario para mi pasar por eso. Y aprendé que la gente no se identifica con alguien que es perfecto o que siempre gana. No podés estar siempre sentado en la cima de la montaña.”