Camping Festival: del saxo al perreo astral (2025)
- MBU
- 29 sept
- 2 Min. de lectura
Crónica de una fotógrafa dominguera en Camping BA: del saxo al perreo astral
(Por Anna Pampeanna)
Hoy, una semana después del evento de Camping BA en el Planetario, me preparo un mate mientras repaso las fotos del día. Me río sola, me emociono, y vuelve a mi cuerpo esa energía que quedó flotando. Porque si bien el evento estaba originalmente programado para el sábado 20, la primavera no quiso ser celebrada con anticipación. Como buena reina, exigió su propio día. Y lo tuvo.
El domingo 21, con el sol en lo alto y el pasto apenas húmedo por la lluvia del día anterior, Camping BA armó la pista más primaveral que se haya visto bajo las estrellas. Desde temprano, el cuerpo supo que iba a ser una jornada para guardar.
Bienvenidxs a esta crónica de una fotógrafa de recitales
Vinocio
El reloj marcaba las 16:00 cuando Vinocio subió al escenario y, sin saberlo, empezó a cambiar el clima. El aire se volvió más liviano, el sol se animó a aparecer y el saxo, como si fuese un sahumerio sonoro, despejó las nubes con cada nota.
Su propuesta mezcla Soul, R&B, Hip Hop y Jazz fusión con el espíritu de los 70s y 90s. Y desde el arranque, nos envolvió con esa vibra tranquila pero firme que te hace asentir con la cabeza sin darte cuenta. Un arranque suave, cálido, justo lo que necesitábamos para empezar a mover poco a poco el cuerpo a la tarde.
Cerounno & Vinyltracker
Pero a las 17:00, todo cambió. Cerounno apareció en escena con Vinyltracker y el agite subió en cuestión de segundos. Desde mi rincón detrás de la lente vi cómo el público explotaba. Hubo pogos, hubo saltos, volaron botellas, volaron zapatillas, y por momentos parecía que la tierra temblaba un poco. La energía se volvió colectiva. Un rap de barrio, con elegancia y desparpajo, que preparó el terreno para lo que venía.
Zell
A las 17:55 fue el turno de Zell. Con una bandana rosa en la cabeza y una estrella en la cara, el artista apareció con una presencia potente. Su show fue directo: caótico en el mejor de los sentidos.
El público ya estaba encendido, pero con Zell entramos en otra dimensión. Los fotógrafxs quedamos fascinados con lo que sucedía tanto en el escenario como entre el público que nos ofrecía momentos únicos para capturar. Risas, agite, saltos y aguante.
Y así, entre saxo, rap y estrellas en la cara, la primavera se instaló de una vez por todas. El cielo ya era azul sin nubes, las plantas vibraban verdes, y el Planetario se volvió testigo de un ritual compartido.
La estación más esperada del año arrancó con música. Como tiene que ser.
Pero esto no fue todo.
Queda lo mejor por contar.
¿Están listxs para ver cómo cerró esta fiesta bajo las estrellas? Todo en la parte 2
Fotos por Anna
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