Mermelada Indie: Semillero de artistas en la escena porteña

Foto cortesía de @mermeladaindie / @mecp.h

Son las doce de la noche y el Emergente Almagro se prepara para un ritual único: Mermelada Jam está por tener lugar, un evento en que totales desconocidos se juntan para tocar tres covers –con todo lo que implica tocar en grupo–. Y escuchandolos en vivo, su performance no delata el background de la banda. 

Eso solo es posible cuando hay un trabajo de curaduría detrás, del que se encargan Federico y Kevin Feito, hermanos fundadores de Mermelada. Con la convicción de la que escena musical independiente de Buenos Aires se presta para más que escuchar a los mismos de siempre, estos dos hermanos vienen con una propuesta en iguales partes única como complicada; Y es que cualquiera que conozca a un músico sabe de los desafíos que se presentan no sólo tocando en vivo, sino tocando en compañía con otros.

No es suficiente sonar bien sólo: es indispensable que haya química, un tipo de conexión entre los participantes que le agregue valor a todos esos sonidos individuales y los eleve a una expresión que los supera como solistas. Vocalistas, guitarristas, bajistas, bateros y demás músicos son emparejados cual piezas de un rompecabezas y lanzados a un escenario para que toquen en conjunto, y el resultado es mucho más que una simple presentación; es un evento único, irrepetible, sólo posible en el marco de Mermelada.

Capaz es porque Kevin y Federico pueden reconocer el talento entre los cientos de postulantes que les envían videos para participar en cada convocatoria. Capaz es simplemente la inmediatez de la presentación lo que impulsa a estos artistas a ser mejores, a adaptarse más rápido y a que uno o dos ensayos les alcancen. De cualquier manera, es un show que vale la pena vivir en la noche porteña. 

A comienzos del 2022, Mermelada subió a Instagram su manifiesto: se comprometen a ser un catalizador de talento, honrando el trabajo en equipo y la transparencia por sobre todo. En la época de algoritmos e inteligencias artificiales que vivimos, donde esto se filtra a la música en formato de canciones optimizadas para volverse virales y artistas cuyas acciones están guiadas por la ganancia por sobre el arte, es esa clase de honestidad que consigue que la escena indie de argentina no sólo sobreviva, sino que florezca.