Tras el aclamado “Tell Me I’m Pretty” y su álbum unpeeled, Cage The Elephant volvió con “Social Cues”, un trabajo donde la banda va puliendo cada vez más su sonido -aún rozando con lo caótico- y cuya temática está influenciada por el divorcio del frontman Matt Shultz. En 13 canciones, el grupo habla de cuestiones que se contraponen como el amor y el desamor, la fama y el fracaso.
Los primeros segundos del LP inician con un coro misterioso e inquietante en “Broken Boy” que al rato se difumina para convertirse en un track ruidoso y punk acerca de cómo se siente tener una vida dura: “I was born on the wrong side of the train tracks” (“Nací en el lado equivocado de las vías del tren”) dice Shultz en el primer verso. Luego viene “Social Cues”, donde el cantante reflexiona sobre su vida de rockstar y pone en duda cuánto tiempo pueda continuar con ello para concluir con la frase que suele decirle la gente: “Al menos estás en la radio”. La segunda parte de este planteo sigue en “Black Madonna”, otra acerca del veloz y frívolo estilo de vida a la espera de ser realistas a pesar de todo.
En un clima más agradable aparece “Night Running”, tema con sonidos reggae y en colaboración con Beck en el cual buscan dejar los problemas atrás y pasarla bien en el horario nocturno mencionando vampiros y visión de rayos X. Esto último se refuerza con el videoclip donde cantante y músico viven en una realidad virtual propia de la ciencia ficción con tecnología de otra época y efectos especiales.
Volviendo al ambiente del principio, “Skin And Bones” trata esta crisis interna con la ilusión de ser “guiado a casa” con la “luz del amor”. Pero Matt se muestra más decidido a dejar el pasado atrás en “Ready To Let Go”, primer adelanto del álbum (con un sonido blusero que remonta al Cage The Elephant en sus inicios) donde, en un viaje junto a su pareja en Pompeya (Italia), reconoce aquello que salió mal y toman la decisión de separarse. A pesar que gran parte del material toca estos temas, es probablemente la canción más personal del disco.
Trayendo un sonido nuevo y oscuro para el grupo, tenemos “House Of Glass” que vuelve al caos con riffs ruidosos y voces casi rapeadas: “It’s an illusion, this admiration of mutilation, my isolation” (“Es una ilusión, esta admiración de mutilación, mi soledad”) dice el estribillo. “Love’s The Only Way” devuelve la calma con un maravilloso arreglo orquestal dirigido por David Campbell donde escuchamos instrumentos como el cello, la viola, el violín y el piano. “It’s not the wave that moves the sea, but the sea that moves the wave” (“No es la ola que mueve al mar, sino el mar quien mueve a la ola”) dice al final del bridge.
Luego de buscar formas de escapar a lo que estaba sucediendo, el intérprete finalmente acepta las circunstancias en “War Is Over” debido a que “el amor ya ganó”. Con “Dance Dance Dance” reaparece el clima jovial y despreocupado con el único objetivo de bailar y olvidarse de todo.
A modo de mea culpa, en “What I’m Becoming” tenemos versos como “I’m so sorry, honey, for what I’m becoming. Everything you wanted seems so far from me. Never meant to hurt you, no, never meant to make you cry” (“Cariño, siento mucho en qué me estoy convirtiendo. Todo lo que querías parece estar tan lejos de mí. Nunca quise lastimarte, no, nunca quise hacerte llorar”) con un sonido melancólico que parece ser del momento previo a la ruptura. En “Tokyo Smoke” vuelve también a la duda existencial sobre el personaje enérgico de los escenarios y su personalidad en la vida real: “My public smile, my double face. Half in the light, half in the shade”.
El último tema “Goodbye” es una carta de despedida a la relación que tuvo durante años con una triste melodía y coros en el fondo. “I wish you well, I want to see you smile” (“te deseo lo mejor, quiero verte sonreír”) y “Lord knows how hard we tried” (“El Señor sabe cuánto lo intentamos”) son los versos más duros.
“Social Cues” es un viaje de emociones y un vistazo a la historia personal de uno de sus integrantes. A su vez, nos muestra un sonido mucho más maduro y diferente a lo que conocíamos de la banda.
Calificación: 9.20