Sobredosis de Soda en el Teatro Coliseo
Homenaje a Soda Stereo con una visión futurista
Sobredosis de Soda se presentó el 6 de Mayo en un Teatro Coliseo agotado e hicieron que, en un show tributo a Soda Stereo adaptado a la época y con tecnologías del hoy, el público se sienta en los 90 escuchando en vivo a Cerati, Zeta Bosio y Alberti.
Por: Florencia Ghibaudo
“Con este espectáculo, la banda plantea crear un nuevo universo, imaginar cómo sería un show de Soda Stereo en el presente; con una propuesta escenográfica y tecnológica moderna”, así Sobredosis de Soda vendía su show en la página para comprar entradas, y no decepcionaron.
El show comenzó 21:15 hs con En la ciudad de la furia y una gran puesta de luces rosas y celestes. La gente, todavía sentada, cantaba y sentía las primeras cinco canciones hasta que Mariano Albergoli, el líder de la banda, dio la bienvenida al público: “Estamos acá para homenajear a Gustavo con su contemporaneidad y visión del futuro.”
Bajo, guitarra, teclado y batería: la combinación de estos cuatro elementos y la voz de Albergoli, lograron que las 1.700 personas que se encontraban en el Teatro Coliseo se levantarán para entonar Cuando pase el temblor. También, durante Persiana Americana y De música ligera, el salón se transformó en un estadio con un público que sentía lo que estaba escuchando y lo transmitió hasta bailando desde sus butacas.
Soda Stereo siempre se caracterizó por ser una banda innovadora que exploraba nuevos sonidos buscando que ningún disco sonara igual que el anterior. Sobredosis de Soda, en el marco de su Tour “Al calor de las masas”, buscó traer a la banda a la actualidad, pensando y actuando como Cerati lo haría, y eso fue lo que transmitieron en el show.
Antes de cantar Signos, hubo una presentación de lasers y figuras geométricas formadas por las luces que hacían que te olvides que estabas en un teatro de la Ciudad de Buenos Aires, para hacerte sentir en otra dimensión. Esto, más el juego de sombras y luces que resaltaban la silueta del cantante más que su cara, sin dudas fue un gran trabajo de preproducción para llegar al corazón de la gente: el público estaba sorprendido porque en esa silueta y con esa voz, se lo sentía a Gustavo.
Durante todo el show se sintió ese homenaje por parte Sobredosis de Soda para Cerati, Zeta Bosio y Alberti, que con respeto y admiración interpretaban las canciones casi sin agregar otras palabras. Pasaron por toda la discografía de Soda durante los 120 minutos del show y cada canción tenía su visual diseñada específicamente, por ejemplo en Sobredosis de TV con televisores en las pantallas, o una simulación de un atardecer antes de interpretar Cuando pase el temblor.
Los integrantes de la banda estaban vestidos en sintonia con las visuales que aparecian en las pantallas: de negro y colores llamativos o mismo detalles en fluo en sus prendas. Esto también tiene relación con la modernidad que quieren transmitir y el nuevo universo que plantean que quieren imaginar sobre cómo sería un show de Soda Stereo en el presente. Sin embargo, detalles como las gafas en el cantante, no podían faltar.
El público pedía “una más” cuando el show ya había durado más de dos horas, pero nadie quería dejar de vivir esa fiesta en la que te sentías de nuevo (o por primera vez) en los 90 cuando la banda de Cerati estaba en su mejor momento. A eso de las 23:30, finalizó el show con una reversión de la típica frase de Gustavo Cerati que entonaba al despedirse de sus shows: “Siempre seremos eternamente fans de Soda Stereo. Gracias totales”.
Mariano Albergoli, Rocco Aguado, Ezequiel Perez Casas y Julio Cesar Di Liscia terminaron de interpretar la última canción, Te hacen falta vitaminas, la gente comenzó con su típico canto “Ole, Ole, Ole, Soda” y los artistas dijeron “Que lindo cuando invocamos la música de Gustavo” . Eso es lo que sentíamos todos: nos encontrábamos homenajeando la música más importante de nuestro país, recordando los éxitos de una de las bandas más emblemáticas de Argentina. Hasta quienes no disfrutamos esa época y estábamos en el Teatro Coliseo escuchando a Sobredosis de Soda, nos llevamos una sensación de haber vivido una parte de la historia del rock nacional.
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