Tenemos la filosofía de es “bueno, porque me gusta”, en vez de “me gusta porque es bueno”. Llegamos al punto auditivo placentero de cierta agrupación o artista. Pensamos que ese producto musical nos va llenar por ser “sencillo” y no porque sea agradable quiere decir que no quepan sus seguidores o esa admiración que les tengamos, no necesariamente aportan calidad “buena”; pueden tener un contra en su música.
Si vamos a juzgarlos que sea con fundamentos para no caer en el prejuicio e ignorancia sonora. Respetamos a cierto prestigio dentro de cualquier género: sea rock, metal, hardcore, screamo, punk o gótico y también podemos cerrar nuestros oídos al no tener ese criterio. Creemos que todo lo que consumimos esta “genial”, en realidad nos estamos sacando música de calidad. Y he decirte que está perfecto creer en uno mismo y lo que haces, a veces falta ser un poco más autocríticos. Si quieres hacerte un hueco en el mercado musical, no vale con que tu EP solo te guste a ti. Es donde comienzas a entrar al juego del “marketing musical”.
Al menos para tu propia apreciación tu obra puede considerarse sinfonía de carácter. Es ameno que dejes espacio de tiempo o entre cada fase porque normalmente tendrás el oído muy viciado. Deja que expresemos nuestra propia opinión en general.
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