Opinión: Spotify, el plan secreto
La famosa plataforma de streaming Spotify está avanzando a pasos agigantados su relevancia en la industria de la música y los estudiosos han llegado a pensar que está consiguiendo monopolizarla.
¿Cuál es su estrategia? Consiguiendo nuevos usuarios, dando a conocer distintas promociones y ofertas para captar más clientes Premium (gente que opta pagar por el servicio) y artistas dispuestos a trabajar con ellos. Su motivo es conseguir más ingresos para mejorar las cuentas de la empresa, pero hay una razón mayor detrás de todo esto, y
es que mientras las personas más consuman música en streaming, menos van a utilizar otros métodos de distribución. De esta manera, el modelo de música en streaming será, en un futuro cercano, el modelo por excelencia para comercializar el contenido y las empresas que lo hagan podrán exigir mejores condiciones a las distribuidoras, y a estas no les quedará otra que adaptarse a sus deseos.
Esta corporación tiene una clara ambición: la extinción de las disqueras. En pro de tener total poder y control, está priorizando su propio contenido, con el fin de que las playlists sean la característica más destacada de la plataforma, y ha dificultado notablemente la búsqueda de álbumes antes que de playlists. Al buscar el nombre de un artista, fácilmente se encuentra una compilación de canciones del músico (hecha por Spotify) antes que su discografía.
Desde la sede central afirman que la aplicación está motivada por los hábitos que el usuario le dé a la misma, pero la realidad es que está impulsada por el interés de la compañía de propagar su marca registrada y demostrarles a los inversores que ésta vale la pena (y su dinero). La empresa hasta está comenzando a introducirse en la elaboración de vinilos, asociándose con Vinyl Me Please, un popular servicio de suscripción, para colocar sus "Spotify Singles" en vinilos de 7 pulgadas.
Lo primero que aparece al buscar un artista son las listas de canciones en las que aparece.
No solo eso, sino que las playlists de la marca aparecen primero que el trabajo del artista en sí, priorizándolas completamente.
Actualmente Spotify paga adelantos a firmas de representantes y otras agrupaciones que trabajan con artistas que no están con una disquera. Esto le ofrece a los artistas dos cosas: tener un porcentaje financiero mayor y ser propietarios de sus grabaciones. Estas podrían ser consideradas ventajas ya que usualmente la plataforma le paga a una disquera cerca del 52% de las ganancias generadas con cada reproducción de una canción determinada, y el sello discográfico, a su vez, le paga al artista una regalía que puede ir del 15% al 50% de esa cantidad. Si firman un contrato de licencia directo con Spotify, los artistas y sus representantes pueden quedarse con el total de lo ésta les paga.
Julian Casablancas, vocalista de The Strokes que es una exitosa banda en la plataforma, cree que el negocio de la música ha cambiado y ha sido diseñado para obtener ganancias. Y la gente que quiere ser financieramente exitosa no necesariamente hace algo verdadero o de buena calidad. Sin dudas, en la actualidad, es muy difícil que un artista tenga un alcance internacional de no ser porque forma parte de X empresa. Su éxito dependerá de cuán capaz es de mantener felices a los artistas que crean la música, a los empresarios que la distribuyen y al público que la consume.
Y esto es una gran verdad, es sabido que hasta los mismos artistas se tuvieron que acomodar a la moda del streaming, muchos músicos internacionales de la talla de Taylor Swift se opusieron a este tipo de plataformas por la poca paga que les ofrecen. Es tan escasa la paga, que la cantante Beyoncé ideó un plan para terminar con este problema: lanzó su propia plataforma, llamada Tidal. Pero ésta no logró ser exitosa porque sólo contaba con una versión paga, y no tenía todo el catálogo de artistas que Spotify si, y al ser tanta la decadencia de su plataforma, optó por poner su último lanzamiento en Spotify, tuvo que ceder completamente.